Evolución de las fiestas en el último siglo
Las tradicionales fiestas del copatrón de Navarra se componen de diversas estampas que llenan de alegría las calles de Pamplona. El Baile de la Alpargata, el Encierro, la Procesión, la Comparsa de Gigantes, la corrida de toros o las barracas tiñen de blanco y rojo la capital navarra del 6 al 14 de julio. La siguiente recopilación de imágenes del archivo histórico de Diario de Navarra ilustra cómo las fiestas se han transformado desde comienzos del siglo XX hasta la actualidad.
El 7 de julio a las diez de la mañana tiene lugar la procesión de San Fermín. Junto a las autoridades civiles y eclesiásticas, multitud de personas acompañan al Santo por algunas calles del Casco Viejo de Pamplona
Es el lugar en el que termina el encierro. Todas las mañanas se congrega gran cantidad de público para presenciar la llegada de los toros y disfrutar del espectáculo posterior con las vaquillas
Justo en el cruce entre las calles Mercaderes y Estafeta. Es frecuente que los toros resbalen, caigan o tropiecen, haciendo el encierro más peligroso desde ese punto
La mañana del 14 de julio, los gigantes interpretan varios bailes en la plaza del Ayuntamiento como despedida oficial de su participación en las fiestas
Cuando acaba la corrida, las peñas saltan al ruedo, se juntan cada una alrededor de sus pancartas y sus bandas de música y salen de la plaza cantando y bailando
Una de las calles del Casco Viejo de Pamplona que congrega más ambiente y colorido durante los nueve días de las fiestas
Justo después del Chupinazo, los gaiteros comienzan a tocar pasacalles frente al Ayuntamiento